Hoy, mientras corría muy temprano por la mañana y escuchaba "On the other side" de The Strokes, recordé una época no muy feliz de mi vida. Una época de la que -creo- pocos se salvan, pues es un proceso natural en mucha gente... ¿Nunca han sentido cansancio, hastío, odio, apatía, aburrimiento de uno mismo, de los demás, de la vida misma? ¿Nunca se han sentido como paridos del subconsciente kafkiano? Yo sí. No fue por nada en especial, más bien fue un interregno en mi vida, un lapsus que provoqué, hace ya buen tiempo, yo mismo con mis demonios.
Recuerdo que en algún tiempo prefería estar solo que acompañado. No por estar mal acompañado, sino por simplemente estar solo. A algunos esto les pasa por problemas, cuestiones académicas o familiares, decepciones amorosas... Cualquier cosa que pueda devenir en una crisis existencial. Cualquier cosa que te haga sentir (hecho) mierda.
Por suerte, sólo son etapas. Uno se da cuenta que sentir ese tipo de cosas lo único que provoca es que uno mismo se envenene. Para salir del hoyo hay que querer, y lo cierto es que una actitud así no es más que una mochila con toneladas de mal karma que poco o nada ayudará. Siendo ello así, no quisiera estar en el pellejo de aquellos que llegan a sentir a flor de piel el odio, la envidia, el hastío y demás cosas; en el pellejo de esas personas que, como dice la canción -y como yo en algún tiempo- se odian a sí mismos por "odiar" a los demás (ojo con las comillas).
En cuanto a la canción, pues creo que es buenísima. Se narra un poco toda esa acidez, todo ese hastío y la ansiedad que ello implica. Fieles a su estilo, The Strokes lo hace, por momentos, de modo bohemioso, sarcástico y cómico, como quien se burla de uno mismo, y acaso como quien (ya desde el otro lado) ve todo lo que ha acontecido.