2011-03-06

Adiós, Hi5, adiós...


Ya hasta me había olvidado que tenía cuenta en esa red social llamada "Hi5". Y es que a propósito de unas invitaciones de amistad que me llegaron de ahí, por fin tuve las pelotas para entrar y borrar cada una de las fotos, comentarios y la mismísima y pintada cuenta mía.

Digo "...por fin tuve las pelotas..." porque la verdad es que había evadido un montón de veces hacerlo (hace como un año que no entro); tanto que hasta ya había olvidado el compromiso de entrar a eliminar mi cuenta. Tenía fotos, comentarios que en otro momento de mi vida habrían sido descargas de una shotgun en la mera sien. Hoy, aunque con nostalgia, borrarlos fue un acto de contrición por esa cobardía de la que les hablo, una reivindicación de mi condición de ser humano pensante. Claro, tampoco es que reniegue de todo lo que estaba ahí, eh... Es simplemente que era uno de los últimos pasos que tengo que dar para dar por cerrados, definitivamente, capítulos de mi vida; de mi vida en el más amplio rango de entendimiento. No se crea usted que es fácil, eh. Es más hardcore de lo que parece... Por lo menos para mí.

La aceptación de algo es la puerta de entrada al cambio, al cambio para bien, al desarrollo o como quieran llamarle. Dice el DRAE en una de sus acepciones: "Asumir resignadamente un sacrificio, molestia o privación"... Aunque más bien creo que la primera acepción es más oportuna para mi caso, es decir: "Recibir voluntariamente o sin oposición lo que se da, ofrece o encarga". Dicho ello, recibo voluntariamente y sin oposición lo que el destino... Nah, mejor dicho, lo que la vida me ha dado por vivir -valga la redundancia-; y, con madurez, aceptar lo que pasó y lo que vendrá... Mirar al futuro no es denostar mi pasado, sino, simplemente, algo que, a estas alturas, se ha vuelto inevitable.

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