2011-03-08

Dulce vorágine



A riesgo de que este post sea calificado como demagógico o, con mayor precisión, femeninamente populista, igual lo escribiré.

Para empezar, una confesión: Les admiro, mujeres. No es joda, eh. Y es que aunque Maricarmen diga que soy misógino (entre otros, porque me gusta Truffaut... Jajaja), debo confesar que tengo un profundo respeto y cariño por ustedes. Como es natural, podrán deducir que el germen de ello está en la señora que es un corazón hecho persona: mi madre. ¡Tan sensible, abnegada, responsable, solidaria, amorosa, inteligente, bella! ¡Le amo!

Ustedes tienen algo que, de veras, no se encuentra en nosotros, los hombres. Es harto difícil expresarlo, es algo que se siente cuando se les ve a los ojos, cuando se les ve andar con esa manera tan suya, cuando lloran de emoción o cuando transmiten tranquilidad hasta con un monosílabo salido de sus labios. Sabrán entender.

Pero no se crean, eh... ¡También son más jodidas que la $/$·"! Medio volubles, renegonas, caprichosas, dramáticas y neuróticas; en pocas palabras: ¡Qué fácil es que nos hagan perder la paciencia!

Y, bueno, sea como sea, son geniales... Simplemente SON... Y eso es lo que basta.

Feliz día, mujer, dulce vorágine.


Pd: De regalo, una de las canciones más hermosas dedicadas a ustedes: "Woman", del genio John Winston Lennon:



2 comentarios:

P.E.P.E. ® dijo...

las mujeres están hechas para ser amadas, mas no, para ser comprendidas...

... y sin embargo, les necesitamos tanto!

Escritos Etéreos dijo...

Gracias Media costilla!! ustedes también nos hacen perder la cabeza.!!

Abrazo a la distancia!