2010-08-07

Yo también me canso y descanso


Hoy ha sido un sábado atípico: me he despertado casi a la 1:00 pm. Y lo digo con total desparpajo con la autoridad moral de un workalcoholic feliz de estar en su piel. Las últimas semanas han pagado su factura y por fin puedo gozar de un sábado de mañana marmotera sin chamba ni diplomado al que asistir. Y eso me pone contento.

También estoy contento porque saqué al oído una de Schumann: "Piezas Fantásticas, Op. 12 - I. Des Abends". Tan contento que fui a cortarme el cabello para desaparecer esos tan comunes "virreyes" (ondulaciones capilares bien anarco-contestatarias) que me paran saliendo cuando dejo mucho tiempo sin ir a la peluquería, ésas que "con su olor, me hacen llorar a gritos", cual Neruda, porque te quedas pegadazo mirándote frente al espejo, cavilando una y mil cosas que acaso ni usted ni yo queremos pensar... En fin. Hoy es sábado, no trabajé y estoy contento porque en unos días más colapsaré de alegría una semana en Cusco, ese Cusco que tanto, tanto me muero por conocer. Seguramente algún guía tendrá que callarme de lo emocionado que estaré cuando (¡por fin, ptm!) me asome a Machu Picchu.

Y ya terminando, les dejo el poema de Neruda que tiene el verso que mencioné líneas arriba. Me voy a ver pelas con Moni. Blaos.



Pablo Neruda - "Walking Around"

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
Navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

2010-08-01

The Radio Dept. - Pulling our weight


"...Many miles from where I'm sleeping
You share laughter in the evening
As do I, in the great divine
Yours is mine
We'll find love
The kind we're dreaming of..."