2012-09-24

Abstracto sobre papel

A quién engañamos:
no somos los mismos.
Tampoco pretendemos serlo,
pero surge en nosotros esa necesidad
de amarrar el presente al pasado,
de reinventar, a la luz de este instante,
el futuro.

A quién engañamos cuando tomamos nuestras manos,
ebrias de nervios,
ansiosas por el "después";
cuando creemos que la vida es ese caos
que no existe en nuestros silencios
sino en el momento en el que se nos perdió
la oportunidad de darle forma al destino.

No sé ya si quien tengo al frente es quien creo;
tampoco si frente a ti esté yo,
sólo sé que la vida es instante,
el tiempo que separa tu cuerpo del mío.

A quién engaño. Soy incongruencia.
Hay veces en las que no recuerdo cómo ser yo.



Hay veces en las que no recuerdo cómo ser yo.

2012-08-07

Sebastián Salazar Bondy - "Testamento Ológrafo"


Dejo mi sombra,
una afilada aguja que hiere la calle
y con tristes ojos examina los muros,
las ventanas de reja donde hubo incapaces amores,
el cielo sin cielo de mi ciudad.
Dejo mis dedos espectrales
que recorrieron teclas, vientres,
aguas, párpados de miel
y por los que descendió la escritura
como una virgen de alma dehilachada.
Dejo mi ovoide cabeza, mis patas de araña,
mi traje quemado por la ceniza de los presagios,
descolorido por el fuego del libro nocturno.
Dejo mis alas a medio batir, mi máquina
que como un pequeño caballo galopó año tras año
en busca de la fuente del orgullo
donde la muerte muere.
Dejo varias libretas agusanadas por la pereza,
unas cuantas díscolas imágenes del mundo
y entre grandes relámpagos algún llanto
que tuve como un poco de sucio polvo en los dientes.
Acepta esto, recógelo en tu falda como unas migas,
da de comer al olvido con tan frágil manjar.

2012-06-12

¿Por qué escribes en un blog?


"Pocas veces se escribe por alegría. Generalmente, uno escribe porque está triste". Ésa es acaso una de las frases más oídas por aquellos que empuñan un lápiz y se desgracian sobre el papel. ¿Pero será totalmente cierto?

Sin considerarme escritor o cualquier cosa que se le parezca, confieso que me pasa algo parecido, aunque no sólo me remitiría a la tristeza, sino a otro tipo de vicios sentimentales, tales como la ansiedad, el miedo, el querer huir o el agobio.

Sin embargo, no creo que el razonamiento pueda aplicarse a contrario sensu, es decir, "no escribo porque estoy contento". ¿A alguien se le podría ocurrir semejante locura? Yo creo que en esos casos, más bien, se trata de que uno no escribe porque está más ocupado viviendo que por cualquier otra cosa. Claro, con esto no quiero decir que aquellos que se entreguen a las letras no tengan vida, pues mucho de lo que se escribe parte de la experiencia propia o la de terceros, es decir, de lo que se vive.

A mí, por ejemplo, lo que me mantuvo (y acaso mantiene) lejos del blog es un poco esa vorágine que es la vida, sobre todo la de la capital, en donde el tiempo es un monstruo gigante que te amenaza con robarte la existencia a punta de minuteros. Entonces, he corrido como loco a vivir lo que se puede.

Lo que me trae aquí, en realidad, es esa necesidad (tan) humana que es querer expresar, eso que evita que explotemos de distintas formas o que, por lo menos, facilita que lo hagamos de forma pacífica, como consecuencia de sentimientos positivos o negativos. Tan sólo por sentir y decir; así te escuchen muchos, pocos o ninguno... Simplemente decir.

2012-06-06


No me voy a molestar en averiguar de dónde vino ese pensamiento. Suprarrealidad al traspolar tiempos, conjugaciones, verbos, sustantivos. Todo se resume en esas dos letras que están vedadas al hoy.

Siempre.

2012-05-25

Statement


Me basta saber que existe ese hálito, ese pequeño espacio donde habitan los días a los que se les arrebató el nombre. La delgada línea que divide el recuerdo límpido del corrompido. Cierra los ojos y regalémonos la sonrisa.

2012-01-08

Pier Paolo Pasolini - "Al Príncipe"


Si regresa el sol, si cae la tarde,
si la noche tiene un sabor de noches futuras,
si una siesta de lluvia parece regresar
de tiempos demasiado amados y jamás poseídos del todo,
ya no encuentro felicidad ni en gozar ni en sufrir por ello:
ya no siento delante de mí toda la vida…
Para ser poetas, hay que tener mucho tiempo:
horas y horas de soledad son el único modo
para que se forme algo, que es fuerza, abandono,
vicio, libertad, para dar estilo al caos.
Yo, ahora, tengo poco tiempo: por culpa de la muerte
que se viene encima, en el ocaso de la juventud.
Pero por culpa también de este nuestro mundo humano
que quita el pan a los pobres, y a los poetas la paz.

De “La religión de mi tiempo” 1961

Versión de Delfina Muschietti