2010-06-04

Hasta aquí llegamos



Sigo con la cólera encima; con la cólera no por haber perdido, sino por haber perdido de esa manera. Bien lo dijo Luchito: "Perdimos contra nosotros mismos" (o algo así), y es que, de verdad, se nos ocurrió jugar el peor partido del campeonato justo hoy, ad portas de lo que habría sido la final soñada. Coño, no pensé que me dolería tanto verse hundido el barco futbolero en las semifinales del campeonato de la chamba. Para mí es como haber perdido un mundial (aunque no tenga ni una puta idea de cómo es eso). Y, bueno, ya está, así pasa.

Como verán, el fútbol es para mí una de las cosas más apasionantes de la vida. No sólo jugarlo (si es que a mis torpes y a veces "de más" movimientos se les puede dar esa calificación), sino verlo, respirarlo y sufrirlo. Por cierto, ya se viene el mundial y en la oficina tengo a todos "secos" con eso de "si España pasa cuartos de final, será campeón del mundo". La verdad es que ni siquiera me he sentado con el fixture en la mano a especular al respecto. Vano oficio, claro, porque como usted entenderá, caballero, querido gentleman que lee estas líneas, en el fútbol nada está dicho (como ejemplo, lo del campeonato de hoy... ¡La puta madre, se supone que hoy ganábamos y nos íbamos a la final!). Amén.

Se acerca el mundial y espero que ese mes que (por obra y gracia del espíritu santo) tendré la televisión de la chamba en mi oficina sea deleite puro, pasión pura... Como el director técnico que todos llevamos dentro, creyendo que nuestra formación en la mejor (Como si fuera tan fácil. Vaya iluso). Lo único malo será la mecha entre mi amor por el fútbol y mi responsabilidad laboral. Voy a ver cómo le hago, pero ese matrimonio me tiene que durar por lo menos un mes; así como la dosis de carisma con las mujeres, ésa que se me va a quedar pequeña de tanto aburrirlas con fútbol :D

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