2011-11-20

Pearl Jam en Lima - Perú (18.11.11)





Una de las tareas más difíciles para una persona es la de plasmar en letras lo que siente en lo más profundo de sí, siendo, generalmente, los talentosos quienes logran hacerlo con envidiable excelencia. Lamento no ser un virtuoso, pero me enorgullezco de sentir ciertas cosas que, de veras, valen la pena. Una de ellas es la felicidad que me dejó el concierto de Pearl Jam. Haré el intento, entonces.

Me había unido a un grupo de amigos que empezaron a acampar desde el lunes. Mi turno fue de jueves a viernes, dormí solo en la carpa, pero contentazo porque al día siguiente (¡por fin!) se cumpliría el sueño musical de muchos: Ver a Pearl Jam en Perú. Al día siguiente la gente no aguantaba los nervios; la fila (que alcancé con las justas luego de irme a casa a asearme) no veía la hora de que rompieran la mitad de su ticket y les dieran licencia para echarse a correr el tramazo hasta la cancha del San Marcos. Así fue: Apenas dieron el pase, corrimos cual velociraptors para estar lo más cerca que se podía.

Y es que hasta ahora no puedo creerlo: Vi a Pearl Jam en vivo, y encima les vi desde la primera fila, justo entre Eddie y Mike. La verdad es que ello fue un inmerecido premio, pues creo que hay gente que les escucha desde hace muchos años. En mi defensa debo agüir que los pocos años que llevo escuchándolos lo he hecho "en serio", deshaciendo y aprehendiendo cada una de las canciones que me han gustado (que han sido casi todas).

"Metamorphosis 2" como intro nos daba la señal de que todo empezaba. A continuación, Eddie, Mike, Jeff, Stone y Matt aparecieron caminando y el Estadio (una vez más) estalló de la locura. El rasgueo de "Interestelar Overdrive" (cover de Pink Floyd) abrió la puerta para "Corduroy". Morí. Corrección: Morimos. Todos, eufóricos gritamos pasajes como: "I don't want to take what you can give/ I would rather starve than eat your bread...", algunos de nosotros cantando a voz en cuello, empuñando la bandera peruana con el "Perú Jams" que una cervecera obsequió a la entrada al concierto. ¡Qué felicidad!

Ya luego llegaron temas como "Why go", "Hail hail" y, por supuesto, la visceral "Do the evolution". ¡La mierda! ¡Cómo cantaba y saltaba la gente! Desde adelante, no distinguía el pogo en ese mar de cabezas, apenas me podía mover, empotrado a la valla de seguridad. Después de "Severed hand", la gente reposaba la euforia con "Immortality", tema que bien podría titular la noche ésa.

Durante ciertos episodios del concierto, Eddie Vedder se dirigía en español a la multitud a través de lo que había escrito en un cuaderno. Tan propio de él, recomendó que nos cuidáramos los unos a los otros y expresó su gusto de pisar Perú, diciendo algo que tocó a muchos: "La verdad es que no sé cómo tardamos 20 años para venir". Esto fue coronado con lo que dijo después, respecto de la sorpresa con la que se encontró esa misma mañana al ver esto, diciendo algo como: "Soñé que vi a través de la ventana de mi cuarto: Había personas paradas en un parque deteniendo una camiseta gigante y cantando canciones sobre Pearl Jam. Luego me di cuenta que estaba despierto y no era un sueño. Queremos agradecerles por la gran bienvenida y por hacer nuestro sueño realidad. Gracias". Emotivo, tan emotivo que ese mismo día Eddie había mandado al staff de la banda a entregar una carta en agradecimiento a la gente. Chequen aquí.




Luego siguieron canciones como "Elderly Woman Behind the Counter in a Small Town", "The Fixer", la emblemática "Even Flow" y "Setting Forth", tema (que grité con furia) incluido en el OST de "Into The Wild", opera prima de Sean Penn [Si no la han visto, háganse un favor: vénala], "Not For You", "Lukin", "Amongst The Waves", la cruda "Better Man", "Black", coreada increíblemente por la gente, y "Go".

Luego del primer encore, la banda volvió con "The end"; al terminar esa canción, Eddie mencionó que dos miembros del staff se habían casado y estaban en su luna de miel. Los invitó al escenario y les cantó la que es -para mí- la mejor canción del "Backspacer": "Just breathe". Fue increíble. "Daughter", "Unthought known" (invitándonos a soñar los sueños de los demás para no ser rivales de nadie), la inédita "Olé", "Blood" y los clásicos "Jeremy" y "Porch" cerraron el segmento.




Tras el "Olé, olé, olé, olé... Pearl Jam, Pearl Jam", la banda volvió a salir en su segundo encore, el cual hacía imposible bajar el termómetro de alegría. Entonces, "Given to fly", quizás la canción más hermosa de Pearl Jam, sonó. Volamos alto y ancho en ese preciso instante. Los covers "Last kiss" (Wayne Cochran) y "The real me" (The Who) antecedieron a la poderosísima "Alive". Para el siguiente tema, Ed invitó a la genial banda telonera: "X" al escenario para interpretar otro cover: "Rockin' in the Free World", del no menos espectacular Neil Young. "Indifference" y "Yellow ledbetter" cerraron la noche de ensueño.

Terminado el concierto, todos lucían más que satisfechos, como era de esperarse, Pearl Jam no decepcionó y brindó un concierto que hizo olvidar que tras 20 años de existencia, recién pisaron estas tierras. Cuando me encontré con dos de las personas más fanáticas de Pearl Jam, Daniel y Miguel, sólo atinamos a abrazarnos y gritar de alegría porque, por fin, el sueño era real.



Siempre es odioso comparar, pero -personalmente- creo que Pearl Jam es lo mejor que apareció en los noventa, no sólo porque ofreció un sonido salido de las vísceras, sino porque fue capaz de nadar también entre las "baladas" más sensibles que dio la música. Las letras tienen un alto contenido existencial, de optimismo, cuestionamiento, crítica y, claro, amor. Toda una exploración del ser humano, ataviado con un estilo medio poético, que hace más meritorio su trabajo y que atrae no sólo a jóvenes, sino a todos [mi viejita casi se pone a llorar cuando le traduje "Off he goes" y "Just breathe"]. Más aun: Pearl Jam trasciende la música. Su congruencia como banda y su compromiso social dan cuenta de ello.

El 18 de noviembre de 2011 pudimos ver una de las bandas que serán recordadas de acá a varios, varios años, como de las más importantes que hubo. Cantamos, nos abrazamos, gritamos de euforia y por un día (y acaso más) todos fuimos hechos para volar.


Setlist: Aquí

Lo bueno: Todo.

Lo destacado: El pedido de la banda de que repartieran agua durante todo el concierto.

Lo malo: Las pésimas pantallas que pusieron para el público.

Las fotos: Todas son colaboración de los seguidores del Facebook de "Perú Jam".



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