Y como quien calienta motores, dejo una muy buena canción de Enrique Bunbury: "El rescate". La metáfora del rescate del desasosiego, esa trompeta y piano que duelen, bien valen una lágrima. Una letraza.
El vídeo es parte del Freak Show, ambiciosa puesta en escena que llevó a Quique y a varios artistas españoles más a una suerte de peregrinaje por varias ciudades de España bajo una carpa de circo, en donde incluso se presentaban espectáculos circenses. Todo un lujo que sólo a Bunbury se le pudo ocurrir...
El tema es uno de los que conforman el disco doble "El Viaje a Ninguna Parte", cuya mayoría de canciones fueron compuestas por Enrique en un largo viaje que hiciera por toda Latinoamérica. "El rescate" figura como escrita en Cajamarca (Perú) y dicen que fue inspirada por la historia del frustrado rescate de Atahualpa, sólo que Bunbury tomó la metáfora y la volcó al tema amoroso. Maestro.
¡Y pronto lo tendremos cantando sus mejores canciones!
Enrique Bunbury - El Rescate
Desde la plaza de armas de un lugar cualquiera,
te escribo una carta para que tú sepas
lo que ya sabías, aunque no lo dijeras.
Espero que llegue a tus manos y, que no la devuelvas.
Que pagues el rescate que abajo te indico.
Yo tampoco me explico, por qué no acudí antes a ti.
Pero nadie puede salvarme, nadie sabe lo que sabes,
y tampoco entregarían lo que vale mi rescate.
No hay dinero, ni castillos, ni avales, ni talonarios,
no hay en este mundo -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
te conocen, pero no llegan a ti.
Decidí por eso mismo, un mecanismo de defensa.
Y presa como está mi alma, con la calma suficiente,
ser más fuerte, y enfrentarme cuanto antes a la verdad,
sin dudar un segundo, lo asumo, sólo tú puedes pagar el rescate.
Devuélveme el amor que me arrebataste,
o entrégaselo, lo mismo me da, al abajo firmante;
pues no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
te conocen, pero no llegan a ti.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
te conocen, pero no llegan a ti.
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