2011-03-15

Verano


Ya no recuerdo cuándo fue la última vez que me senté en esta PC a escribir, a exorcizar los fantasmas que cenaban a mis espaldas, a mitigar el miedo que se cuela en mi cama, cuando soñaba con París, su sombra o cualquier otro viajecillo de ésos; ya sabes, el sueño que suele uno asir como el agua de la mar que te regala cada ola.

Por cierto, este verano no he ido a la playa. ¿Me queda tiempo? Ya el verano se está yendo como si fuera un amor de colegio: esquivo y doloroso. Bah, pero esas cosas no pasan de ser pasado, pasado puro-purito. Porque de verdad que ando más tranquilo que la michi. En fin, este párrafo no tiene sentido (y, seguramente, cuando termines de leer todo, ninguno lo tendrá).

Acaso eso del mar es lo que necesite. Echarme cual malagua en la arena, mirar al cielo sin mirar... Abstraerme. Sentirme inmortal en el agua y refrescar esta piel, mi piel.

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